La
Corona de Adviento
La Iglesia Episcopal comparte
con otras Iglesias Cristianas, católicas y protestantes, el uso de la Corona de
Adviento como símbolo y devoción durante
las cuatro semanas que anteceden a la fiesta de la Natividad de Nuestro
Salvador. La Corona de Adviento nació entre los luteranos alemanes hace más de
un siglo y se ha extendido a casi todas las partes del mundo convirtiéndose en
una devoción ecuménica.
Confección
de la Corona
Sobre una base circular, que
representa la eternidad de Dios, que fue y será; se colocan ramas frescas de Ciprés y musgo verde
del bosque, el verde es el color de la esperanza y de catolicidad; luego se
ponen, equidistantemente, cuatro velas según el número de semanas de Adviento.
Tres de estas velas son Moradas o Lavanda, colores de introspección,
arrepentimiento y preparación. Una vela rosa que representa la encarnación y que
se enciende el tercer domingo y una vela blanca, llamada la “Vela Cristo”, se
coloca en el centro de la misma.
La
Práctica
Reunida la familia, amigos o los
que viven en una casa, a una hora conveniente, la persona designada dirige el
breve oficio asignando la lectura bíblica, y el encendido de la vela de turno,
a otras participantes. Las velas se encienden en el orden de la manecilla del
reloj, así: La primera semana, una vela morada.- La segunda semana, dos velas
moradas.- La tercera semana, las dos velas moradas anteriores, mas la vela
rosa.- La cuarta semana, las tres velas anteriores, mas la tercera vela
morada.- Hasta que en noche buena (el 24 de Diciembre) o Natividad (25 de
Diciembre) se encienden todas las velas más la “Vela Cristo”. Durante el oficio
se cantan himnos de la estación.
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