priMer doMingo En cuaresMa,
2012
Febrero 26
Tú eres mi Hijo amado;
estoy muy complacido contigo.
—Marcos 1:11
Jesús nos enseñó a orar a Dios como a un padre, lo que nos
hace a todos hermanos, no sólo entre nosotros sino también con
Jesús. Igual que Dios confirma a Jesús en su bautismo como su
hijo amado, Dios afirma que somos sus amados hijos e hijas con
quienes Él se complace.
A veces creemos que porque hemos pecado y nos hemos apartado
de Dios, no nos merecemos tal título. Pero no importa lo que haya
sucedido o lo mal que las cosas parezcan, tú, yo y Jesús somos una
familia. Reconocer y expresar esa relación es la fuente suprema de
sanidad para cada uno de nosotros, para reconciliarnos con otros
que hayamos apartado o a quienes les hemos hecho daño, y para
volver a relacionarnos con Dios a través de nuestro hermano Jesús.
Repite lo siguiente como tu oración mantra de hoy: Soy un hijo
amado con quien Dios se complace.
—Eric H. F. La
No hay comentarios:
Publicar un comentario