Viernes santo, Marzo 29
Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de
compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido *tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado. Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos.
— Hebreos 4:15-16
Sobre todo hoy, es el día de la pasión, la pasión de nuestro Señor Jesucristo. Pasión, cuyo significado latino original es “sufrir”. No es de extrañar que prefiramos evitar el sufrimiento y, cuando somos realmente buenos, deseemos aliviarlo en otros. A eso lo llamamos compasión.
Sin embargo, la compasión en realidad no es lo que generalmente pensamos. La palabra procede del latín, y está compuesta de passio, “sufrir “ y cum, “con”. Compasión significa “sufrir con”, y en su sentido más estricto, la compasión no pretende aliviar los sufrimientos de los demás, sino de sufrir con ellos, que es un desafío mucho mayor.
Aliviar el sufrimiento está bien. ¿Quién puede oponerse? Pero no es el tema del Viernes Santo, y tampoco el de la compasión. Se trata de sufrir con. Ese es camino de Dios hacia la reconciliación. Es el camino, tan evidente en este día, por el que Cristo nos conduce y por el que Cristo se nos ofrece. Jesús dijo, “ Si alguien quiere ser mi discípulo, que se niegue a sí mismo, lleve su cruz y me siga.” (Marcos 8:34).
Compasión. Ese es el modo de vida.
— Stacy Sauls
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