Jueves, Marzo 7
Bendice estos alimentos para nuestro uso y úsanos en tu amoroso y fiel servicio. — Libro de Oración Común, 1928
cocidos del Bajo País: un festín de mariscos y vegetales, cocinados
lentamente a lo largo de un día.
Esa comida se hacía con el trabajo de nuestras manos, desde los mariscos capturados por mi abuelo, hasta las verduras picadas por mis tías y la gran olla de cocción que mi primo y yo revolvíamos.
La oración que mi padre pronuncia en las reuniones familiares,
siempre me resonaba más fuertemente en estas comidas en
particular; que “usábamos”, no solamente para alimentar nuestros cuerpos, sino que alimentaba aún más nuestras relaciones mutuas.
El viaje que hacemos juntos en nuestras comunidades de fe durante la Cuaresma y después, me recuerda ese día de preparación y cocción. Tratamos de vivir como seguidores de Jesús, trabajamos juntos, nos reímos mucho, hay un poco de tensión (a veces más que un poco). Y también esperamos, al final de ese día, o de la temporada, o de toda la vida, una celebración maravillosa de la abundancia provista, en última instancia, por el amor.
— Nicole Seiferth
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