Ya se te ha dicho lo que de ti espera el Señor:
Practicar la justicia, amar la misericordia,
y humillarte ante tu Dios.
- Miqueas 6:8
¿Cómo podemos combinar la justicia y la paz en nuestra vida compartida en este mundo que sufre? ¿Cómo podemos ser una iglesia que va más allá de "mi dolor" para discernir y responder globalmente a "nuestro dolor"?
Nuestras posibilidades son limitadas, por lo que tendemos a escuchar el clamor de los que más gritan, a estudiar y actuar sobre ellos. En cambio, tenemos que ejercer nuestra apasionada espiritualidad con un compromiso meditado. A pesar de que somos llamados a atender las áreas más necesitadas, hemos también de tener cuidado de no excluir involuntariamente a los que no tienen voz.
Necesitamos encontrar la manera de avanzar como una comunidad sin polarizar las culturas: "nosotros / ellos". Como defensores apasionados, a veces creamos sin quererlo tal dicotomía. Cuando mantenemos la responsabilidad individual y el bien común mejor equilibradas, podemos convertirnos en una comunidad poderosa
y querida que refleja la justicia y la paz de Dios.
- Prince Singh
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