Señor --le dijo Marta a Jesús-, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.
Pero yo sé que aun ahora Dios te dará todo lo que le pidas.
- Juan 11:21
Conocemos la historia: Lázaro ya ha muerto cuando Jesús llega y lo resucita con Su mandato. Me fascina, sin embargo, el detalle a menudo pasado por alto que cuando Jesús oye primero de la grave situación de su amigo, espera todavía dos días más antes de ir a él. La hermana del fallecido se queja porque su dolor se podía haber evitado si Jesús hubiera llegado antes.
Para muchos puede parecer que sus gritos de auxilio no fueron escuchados: "¿Dónde está Dios?" Sin embargo, en otro pasaje del Evangelio Jesús reprende a sus discípulos porque no fueron capaces de curar y alimentar a otros que tuvieron que esperar a que llegara Él en persona. Con demasiada frecuencia los seguidores de Jesús, llamados a realizar "obras mayores que éstas", se quedan paralizados como espectadores, esperando que Dios haga algo.
Dejemos de esperar y dispongámonos a ser las manos y los pies de Cristo para sanar al mundo que sufre.
- C. K. Robertson
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