lunes, 5 de marzo de 2012

Meditaciones de Cuaresma 2012

LUNES, MARZO 5

Para que se conozcan en la tierra sus caminos,
y entre todas las naciones su salvación.

- Salmo 67:2


La Junta Directiva de La Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo viajó a Sudáfrica hace dos años para observar el trabajo que nuestra Iglesia hace en nombre de Cristo en esa tierra. Allí nos encontramos con Michael Lapsley, un monje anglicano originario de Nueva Zelanda, que hace años se trasladó a Sudáfrica para oponerse al régimen del apartheid. Meses después de la liberación de Nelson Mandela de la cárcel, el Sr. Lapsley recibió por correo una carta bomba insertada, de todos los lugares posibles, en una revista religiosa. Por la explosión perdió sus manos, un ojo y sus tímpanos fueron destruidos, lo que exigió una estadía larga en el hospital.

Él recuerda que durante los primeros tres meses estuvo tan indefenso como un recién nacido. La gente se preguntaba cómo pudo sobrevivir. Su respuesta fue: "De alguna manera, en medio de la explosión, sentí que Dios estaba presente. He recibido tantos mensajes de amor y apoyo desde todo el mundo que aquella explosión fue redentora, trajo vida de la muerte, bien del mal". Creó el Instituto para la Sanidad de los Recuerdos, un ministerio mundial que procura hacer frente a la necesidad de sanidad en varios niveles. El dolor de su viaje parece inimaginable, pero de ese dolor surgió un auténtico llamado a descubrir el poder sanador de Dios. Él dijo: "Soy tan sacerdote sin manos como cuando tenía dos".

Pocas personas han experimentado el costo del discipulado tanto como este sacerdote, pero a medida que vivimos esta temporada, con nuestras propias necesidades de curación, piense que su propia experiencia de ruptura es una ocasión para que el poder sanador de Dios se revele.

- Jay Sidebotham

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