La curación llega de muchas maneras. Ministrando a niños y jóvenes he aprendido que algunas de las curaciones más efectivas y vigorizantes llegan por otros. Cuando hemos fracasado, estamos heridos y luchando o padeciendo dolores, la curación que alcanza más profundamente a nuestros espíritus llega por estar con otras personas que comparten esa lucha.
Cuando somos capaces de reunirnos como pueblo de Dios, pidiéndole su dirección y sanidad y decimos sinceramente quiénes somos, cuál es nuestra lucha y cómo podemos apoyarnos mutuamente, es entonces cuando realmente podemos comenzar a sanar. En esos momentos vemos que no somos tan diferentes de los demás, que todos tenemos imperfecciones y que anhelamos vivir saludables e íntegros.
Cualquiera que sea la manera en que usted busca la curación, reúnase con un grupo de amigos, invoquen al Señor, compartan sus luchas, y oren unos por otros para encontrar la sanidad y
la plenitud.
- Shannon Ferguson Kelly
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