viernes, 22 de febrero de 2013

DEVOCIONALES DE CUARESMA

Jueveves 21, Febrero 2013



Y lleven una vida de amor,
así como Cristo nos amó y se entregó por nosotros
como ofrenda y sacrificio fragante para Dios.

— Efesios 5:2

 
Una vez pensé que los jalapeños no eran comestibles. Pero cuando empezamos a cultivarlos (junto a sus similares picantes), tuve que manipularlos. Había investigado los pimientos picantes, y tenía que haber sabido que usar guantes es una buena idea. Pero las pruebas y los errores son los mejores maestros... y aprendí.
Además del uso de los guantes, descubrí que la causa de mi
dolor (la capsaicina) se convirtió en el motivo de mi alegría. La exposición adaptó mi cuerpo al picante del pimiento habanero, el pescado y la pimienta; me regodeaba con el distinto sabor de cada pimiento y aprendí que la capsaicina es buena medicina para el corazón y un tratamiento eficaz para la artritis.
Los pensadores occidentales del siglo veinte, son desafiados a abrazar la idea del sacrificio, que algo precioso puede tener un alto costo. Pero todo lo que comemos cuesta algo: las zanahorias, las patatas, las remolachas, los pollos y peces, pierden la vida; los tomates, pimientos y la col rizada comparten sus vidas hasta terminar su crecimiento, y entonces también mueren.
Algo maravilloso siempre tiene un precio. Aprender a entregarse para compartir, para pagar el precio, es parte del viaje humano.

Que nuestra propia vida sea una ofrenda fragante y un sacrificio, entregándola en servicio de la Vida.



— Hermana Catherine Grace

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