domingo, 24 de febrero de 2013

DEVOCIONALES DE CUARESMA


Domingo, Febrero 24
Y dijo Dios: “¡Que produzca la tierra seres vivientes: animales domésticos, animales salvajes, y reptiles, según su especie!” Y sucedió así.
Dios hizo los animales domésticos, los animales salvajes, y todos los reptiles, según su especie.
Y Dios consideró que esto era bueno,
— Génesis 1:24-25

Daisy es una gallina araucana que vive en la cooperativa detrás de nuestra casa. Está decidida a mantener segura su prole y arropa bajo sus alas a sus crías que asoman de su pecho muy suave. Temprano en la mañana, despierta para anunciar a nuestra pequeña granja de Vermont que ha puesto otro huevo. Su día comienza cuando ella y su cría siguen a las ovejas, comiendo gusanos tras ellas.
Daisy nos mantiene conscientes de la realidad de nuestras vidas.
En lugar de vivir ansiosos por nuestro ajetreo diario y despertar cada mañana con el estrés que sufrimos por ganar más dinero y comprar más cosas, Daisy nos recuerda que 870 millones de personas en el mundo tienen hambre, no porque falten los alimentos, sino porque la abundancia de nuestra creación no está disponible para poblaciones enteras.
¿Se ha desconectado nuestro disfrute de la comida en nuestra mesa de la creación de la buena tierra de Dios? La conciencia de nuestra tierra viviente, nuestra cosecha abundante, nuestra gallina feliz, es fundamental para nuestra mayordomía de la creación y nuestro amor al prójimo. Daisy vive en la gracia profunda, la abundancia y la interdependencia de toda la creación: el clima, el agua y el aire limpios, el suelo sano y nuestra convivencia junto a la creación y nuestros prójimos. La conciencia de la abundancia y bondad de la creación, es el comienzo del amar al prójimo.
— Lisa Ransom

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