miércoles, 16 de marzo de 2011

meditaciones de Cuaresma

Meditación para el jueves 17 de marzo
Deuteronomio 9:23-10:5
Como el Señor había amenazado con destruirlos, yo me quedé
arrodillado delante del Señor durante cuarenta días y cuarenta
noches… (9:25)

Moisés respondió al llamado de Dios de llevar a las personas de
Israel a través del desierto de forma renuente. Fue un momento de
“Quién, ¿yo?”. El viaje estaba lleno de dificultades y rebelión.
Y sin embargo, en el desierto, el corazón renuente de Moisés fue
transformado. Su corazón se transformó en un corazón para Dios y
para el pueblo de Dios. Aquí, Moisés cae en el suelo, vertiendo su
corazón mientras intercede en su nombre.
En la oración de intercesión, ofrecemos las necesidades de otros
al cuidado y a la voluntad reconciliadora de Dios. Una oración de
intercesión sorprendente es encontrada en las palabras de Jesús
cuando se encuentra en la cruz y ruega que seamos perdonados.
Durante estos cuarenta días y noches, la oración de intercesión
es particularmente apropiada. A medida que derramamos nuestros
corazones, nos conectamos con un mundo azotado por los
desastres naturales, la destrucción ecológica, el hambre y la guerra.
Es un momento de “Quién, ¿yo?”. ¿Qué acción estoy siendo
llamado(a) a tomar para unirme a la lucha por la libertad de la
esclavitud humana?
—Karen Montagno

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