Meditación para el miércoles 23 de marzo
Juan 5:1-18Algún tiempo después, los

judíos celebraban una fiesta, y

Jesús volvió a Jerusalén. En
Jerusalén, cerca de la puerta
llamada de las Ovejas, hay
un estanque que en hebreo
se llama Betzatá. Tiene cinco
pórticos, en los cuales se
encontraban muchos enfermos, ciegos, cojos y tullidos echados en
el suelo. Había entre ellos un hombre que estaba enfermo desde
hacía treinta y ocho años. Cuando Jesús lo vio allí acostado y se
enteró del mucho tiempo que llevaba así, le preguntó: —¿Quieres
recobrar la salud? El enfermo le contestó: —Señor, no tengo a
nadie que me meta en el estanque cuando se remueve el agua.
Cada vez que quiero meterme, otro lo hace primero. Jesús le dijo:
—Levántate, alza tu camilla y anda. En aquel momento el hombre
recobró la salud, alzó su camilla y comenzó a andar. (5:1-9)
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