Meditación para el miércoles 30 de marzo
Salmo 81
¡Canten alegres a Dios, que es nuestra
fuerza!
¡Alaben con gritos de alegría al Dios de
Jacob!
Canten al son del pandero,
de la dulce arpa y del salterio.
Toquen la trompeta al llegar la luna
nueva,
y también al llegar la luna llena,
que es el día de nuestra gran fiesta.
Porque este es el mandamiento
que el Dios de Jacob dio a Israel;
es el mandato dado a José
cuando Dios salió contra Egipto.
Oí una voz que yo no conocía:
“Te he quitado la carga de los hombros,
te he aliviado del trabajo duro.
En tu angustia me llamaste, y te salvé;
te contesté desde la nube que tronaba;
te puse a prueba junto a las aguas de
Meribá.
Escucha, pueblo mío, mi advertencia;
¡ojalá me obedezcas, Israel!
No tengas dioses extranjeros;
no adores dioses extraños.
Yo soy el Señor, tu Dios,
el que te sacó de la tierra de Egipto;
abre tu boca, y yo te satisfaré. (81:1-10)
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