Meditación para el martes 5 de abril
Romanos 7:13-25No entiendo el resultado de mis acciones, pues no hago lo que
quiero, y en cambio aquello que odio es precisamente lo que hago.
(7:15)
Todos sabemos del tener motivos mezclados, deseos en
competencia, esfuerzos fallidos de cambiar nuestras vidas. Los
propósitos que siempre hacemos para el Año Nuevo. Aquel hábito
que no podemos dejar.
John Donne pregunta en un poema que se ha convertido en un
himno de Cuaresma, “¿Habrás de perdonar ese pecado, donde yo
empecé, el cual es mi pecado, aunque fue hecho antes?”
“Mi pecado”, mi propio pecado. Aquel que es tan dolorosamente
familiar, por las horas de oración, deseo, esperando a que
desaparezca, incluso cuando somos tentados para guardarlo cerca
de nosotros.
¿Cómo podría esta Cuaresma echar fuera aquella “cosa que odio”
de su posición privilegiada?
Aquí, ¿podemos intuir que se afloja su dominio, aunque sea un
poco? ¿Qué medida podemos tomar para una nueva vida, tanto
para nosotros como para el mundo? ¿Quién puede ayudarnos?
—Josh Thomas
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