Meditación para el 17 de abril, Domingo de Ramos
Timoteo 6:12-16Pelea la buena batalla de la fe; no dejes escapar la vida eterna,
pues para eso te llamó Dios y por eso hiciste una buena declaración
de tu fe delante de muchos testigos. (6:12)
El llamado a la vida eterna no es un lugar al que llegamos después
de la muerte. Más bien, es un proceso en el que actualmente
participamos a medida que Dios continuamente trae vida nueva de
la muerte. A veces, vida nueva brota cuando decimos “No” a lo que
sea que separe al pueblo de Dios de la esperanza.
El verano pasado, visité una escuela pequeña en Ghana financiada
por la Organización Diocesana Anglicana de Desarrollo y Liberación
(ADDRO según sus siglas en inglés). La misión de la escuela
es empoderar a personas que luchan contra los desafíos de las
discapacidades físicas y mentales. Las instalaciones son simples,
pero el mensaje de empoderamiento es poderoso.
Luego de nuestra visita, nos fuimos algunas millas más adelante
del camino a encontrarnos con un ex estudiante de la escuela. Él
no puede hablar o escuchar, pero ahora se gana la vida haciendo
y vendiendo mobiliario. El librar la buena pelea de la fe, a menudo
implica respaldar a nuestros hermanos y hermanas de manera
práctica mientras caminan hacia la libertad y la esperanza.
—Joy Daley
No hay comentarios:
Publicar un comentario