martes, 15 de abril de 2014

Martes 15 de abril

Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias, 
y toda forma de malicia. Más bien, sean bondadosos y 
compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, 
así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.
—Efesios 4:31-32

¿Cuántas veces has escuchado que alguien esta hecho un desastre, es
un caso perdido, que nunca van a aprender? ¿Qué esperamos de las
personas que hemos ignorado en nuestra vida y de aquellos que han
sido ignorados por la sociedad?
Hace unos años tuve el privilegio de trabajar con un grupo de
recicladores de bajos ingresos. A pesar de que eran parte de un
movimiento internacional creciente, las personas eran literalmente
los desechables de su sociedad. Constantemente se les enviaba lejos
como si fueran peor que la basura que recogían. Muchos tenían mucho
orgullo de su trabajo. Era una manera honesta de vivir que proveía un
servicio bueno para el ambiente y muy eficiente. Al organizarse, estas
personas que anteriormente no tenían techo encontraron significado
en su vida y hallaron un camino hacia un futuro sólido para sus hijos.
Durante el proceso de organización, se perdieron a algunas personas.
Éstas fueron las personas que escucharon como verdad lo que
escuchaban en la calle. Comentarios mordaces hechos por personas
llamadas respetables hablando de modo que era muy irrespetuoso,
sumieron a estos trabajadores valientes en la desesperación. Nuestras
palabras cuentan. Usamos nuestras palabras para enviar nuestras
oraciones al cielo, para dar gracias por nuestras bendiciones, y para
transformar nuestro mundo.
¿Qué mensajes usarás para compartir la gracia con todos los que te
escuchen hoy?
—Judith Morrison

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