miércoles, 5 de marzo de 2014

CUARESMA MIÉRCOLES DE CENIZA


No te hemos amado con todo nuestro corazón y 
mente y fuerza. No hemos amado a nuestro 
prójimos como a nosotro mismos…
—El Libro de Oración Común, página 274

El amar a nuestro prójimo puede verse como asegurar su habilidad de  alimentarse ella misma y a su familia. Jesús dio de comer a la gente,  y ese dar de comer todavía es central a cómo recordamos y llegamos  a ser su cuerpo en el mundo hoy día. Mujeres pobres—en su día y  en el nuestro—con frecuencia dependen de parientes hombres para  su provisión. Micro-finanza, cultivar alimentos con mayor eficacia,  y desarrollar cooperativas agrícolas y comerciales son instrumentos  importantes que ayudan a los pobres a aumentar su habilidad de  alimentarse a sí mismos y a sus hijos. Ese tipo de desarrollo también  les proporciona dignidad, conforme las mujeres encuentran una  agencia y llegan a ser socios más efectivos para tomar decisiones. La  agencia es una imagen de la presencia y acción de Dios en el mundo.
La Cuaresma nos invita a reflexionar sobre el amor a Dios y al prójimo,  y a examinar nuestras propias acciones y omisiones. La oración,  el estudio, el ayuno y el dar limosna son maneras tradicionales  de observar este tiempo—y todos son medios para amar más  plenamente—con el corazón, la mente, la fuerza, y la substancia.  ¿Cómo viviré y amaré de manera diferente esta Cuaresma? ¿Cómo  me convertiré en un agente de Dios y cómo ayudaré a otros a que  hagan lo mismo? 
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, 
y renueva un espíritu firme dentro de mí.
—Salmo 51:11
—La Reverendísima Katharine Jefferts Schori

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