Todos los creyentes estaban juntos y tenían todo en común:
vendían sus propiedades y posesiones, y compartían
sus bienes entre sí según la necesidad de cada uno.
—Hechos 2:44-45
Una manera en que podemos vivir como seguidores de Jesús es
fijarnos en los que estaban más cerca de él: ¿Cómo vivían los primeros
cristianos? ¿Cómo vivían los que conocieron a Jesús y le seguían?
El libro de los Hechos de los Apóstoles nos dice que vendían todo
lo que tenían, mantenían su dinero en común y ayudaban a los
necesitados. Cualquiera sea su llamado, este modelo no ha prevalecido.
Sin embargo, es tiempo de volver otra vez a la pregunta sobre lo que
nos pertenece y lo que tenemos en común.
Al enfrentarme con esto, el refrán que hace eco en mi mente no es que
debemos tener todo en común, pero que sí tenemos todas las cosas en
común.
Wendell Berry dice célebremente: “Hazle a los que están abajo en la
corriente lo que quisieras que los de arriba de la corriente hicieran por
ti”. Nuestros prójimos debajo de la corriente dependen de que nosotros
hagamos nuestra parte en el río para que el agua esté limpia para ellos
también. Toda persona que lee esto es el prójimo de alguna otra arriba
de la corriente.
Cuidamos del río en común. Nos pertenece a todas nosotras. De
hecho, todo nos pertenece a todas nosotras. Títulos de propiedad y
títulos de automóviles tratan de convencernos de lo contrario, pero no
pueden ocultar la verdad que todas debemos cuidar unas por otras,
y los que cuentan con recursos tiene una responsabilidad particular
hacia los necesitados.
—Rosa Lee Harden
vendían sus propiedades y posesiones, y compartían
sus bienes entre sí según la necesidad de cada uno.
—Hechos 2:44-45
Una manera en que podemos vivir como seguidores de Jesús es
fijarnos en los que estaban más cerca de él: ¿Cómo vivían los primeros
cristianos? ¿Cómo vivían los que conocieron a Jesús y le seguían?
El libro de los Hechos de los Apóstoles nos dice que vendían todo
lo que tenían, mantenían su dinero en común y ayudaban a los
necesitados. Cualquiera sea su llamado, este modelo no ha prevalecido.
Sin embargo, es tiempo de volver otra vez a la pregunta sobre lo que
nos pertenece y lo que tenemos en común.
Al enfrentarme con esto, el refrán que hace eco en mi mente no es que
debemos tener todo en común, pero que sí tenemos todas las cosas en
común.
Wendell Berry dice célebremente: “Hazle a los que están abajo en la
corriente lo que quisieras que los de arriba de la corriente hicieran por
ti”. Nuestros prójimos debajo de la corriente dependen de que nosotros
hagamos nuestra parte en el río para que el agua esté limpia para ellos
también. Toda persona que lee esto es el prójimo de alguna otra arriba
de la corriente.
Cuidamos del río en común. Nos pertenece a todas nosotras. De
hecho, todo nos pertenece a todas nosotras. Títulos de propiedad y
títulos de automóviles tratan de convencernos de lo contrario, pero no
pueden ocultar la verdad que todas debemos cuidar unas por otras,
y los que cuentan con recursos tiene una responsabilidad particular
hacia los necesitados.
—Rosa Lee Harden
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