No tengan miedo, mi rebaño pequeño, porque es la buena
voluntad del Padre darles el reino. Vendan sus bienes y
den a los pobres. Provéanse de bolsas que no se desgasten;
acumulen un tesoro inagotable en el cielo, donde no hay ladrón
que aceche ni polilla que destruya. Pues donde tengan ustedes su tesoro,
allí estará también su corazón”.
—Lucas 12:32-34
María y Juanita inspeccionaron su arboleda nueva de plátanos,
racimos de fruta Madura por todos lados. Sus vecinos también se
impresionaron—y estaban anhelantes por conocer las nuevas técnicas
de cultivo. Aquí había esperanza—reclamar su tierra en el Congo
Oriental, devastado por años de conflicto—y también esperanza
de sustento, pues los plátanos alimentarían a sus hijos; y tendrían
suficiente más para vender.
María y Juanita son parte de un movimiento en la Iglesia Anglicana
del Congo llamado Ensemble Nous Pouvons (Juntas Podemos).
Este modo de hacer las cosas incluye a las iglesias locales y a sus
comunidades pensando en los dones de Dios que ellas han recibido,
en sus habilidades, en su ambiente, en su ‘unión’. Les pide que
consideren dónde está su verdadero tesoro—y cómo ese tesoro
puede llevar esperanza a otras. Apoyadas por la Agencia Episcopal
de Alivio y Desarrollo, los líderes de la iglesia y los miembros de la
comunidad visitan otras comunidades para aprender e inspirarse, y
luego, ayudadas por una facilitadora, deciden lo que son sus propias
prioridades. Algunas comunidades identifican salud, otras estudios.
En la comunidad de María y Juanita, la prioridad es cultivar suficiente
comida para alimentarse ellas mismas y para vender. Al descubrir lo
que significar se “buena nueva” unas para las otras, también crean una
riqueza de relaciones y confianza. Juntas, esta iglesia y comunidad
local construyen el reino, aquí y ahora.
—Rachel Carnegie
voluntad del Padre darles el reino. Vendan sus bienes y
den a los pobres. Provéanse de bolsas que no se desgasten;
acumulen un tesoro inagotable en el cielo, donde no hay ladrón
que aceche ni polilla que destruya. Pues donde tengan ustedes su tesoro,
allí estará también su corazón”.
—Lucas 12:32-34
María y Juanita inspeccionaron su arboleda nueva de plátanos,
racimos de fruta Madura por todos lados. Sus vecinos también se
impresionaron—y estaban anhelantes por conocer las nuevas técnicas
de cultivo. Aquí había esperanza—reclamar su tierra en el Congo
Oriental, devastado por años de conflicto—y también esperanza
de sustento, pues los plátanos alimentarían a sus hijos; y tendrían
suficiente más para vender.
María y Juanita son parte de un movimiento en la Iglesia Anglicana
del Congo llamado Ensemble Nous Pouvons (Juntas Podemos).
Este modo de hacer las cosas incluye a las iglesias locales y a sus
comunidades pensando en los dones de Dios que ellas han recibido,
en sus habilidades, en su ambiente, en su ‘unión’. Les pide que
consideren dónde está su verdadero tesoro—y cómo ese tesoro
puede llevar esperanza a otras. Apoyadas por la Agencia Episcopal
de Alivio y Desarrollo, los líderes de la iglesia y los miembros de la
comunidad visitan otras comunidades para aprender e inspirarse, y
luego, ayudadas por una facilitadora, deciden lo que son sus propias
prioridades. Algunas comunidades identifican salud, otras estudios.
En la comunidad de María y Juanita, la prioridad es cultivar suficiente
comida para alimentarse ellas mismas y para vender. Al descubrir lo
que significar se “buena nueva” unas para las otras, también crean una
riqueza de relaciones y confianza. Juntas, esta iglesia y comunidad
local construyen el reino, aquí y ahora.
—Rachel Carnegie
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