Por lo tanto, como escogidos de Dios, *santos y amados,
revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad,
amabilidad y paciencia.
—Colosenses 3:12
En un libro de devociones cuaresmales enfocado en la capacitación
de las mujeres, es un reto el mirar el tercer capítulo de la carta a los
colosenses. Entre otras cosas, el pasaje les dice a las esposas que se
sujeten a su marido e instruye a las esclavas que deben obedecer a
su amo. Pasajes como estos requieren un estudio cuidadoso, pero
especialmente nos invitan a una lectura reflexiva del contexto más
amplio del mensaje evangélico. Jesús les recuerda a sus seguidores
una y otra vez que para encontrar nuestra vida, tenemos que perderla.
Tenemos que cargar nuestra cruz y seguirlo. Todos somos siervos.
El tema fundamental—el que subyace en los Evangelios—es que
debemos seguir a Jesús en todo lo que hacemos, que la cruz sola es
nuestro enfoque. Cualquier relación terrena tenemos está gobernada
por el deseo más profundo de Dios que amemos a Dios y a nuestro
prójimo. En nuestros diferentes servicios, fuera y dentro de la iglesia,
estamos llamados a proclamar y a practicar el amor de Dios por cada
persona. Esa tarea tanto nos invita a cada una de nosotras a ser una
sierva y nos capacita a todas.
—Scott Gunn
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